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Cómo valorar activos en entornos volátiles: técnicas avanzadas para private equity

Entre 2020 y 2025, el mercado ha experimentado una transformación que ha puesto a prueba incluso a los inversores más experimentados. La combinación de eventos exógenos —pandemia global, crisis energética, disrupciones geopolíticas, inflación persistente y endurecimiento monetario acelerado— ha reconfigurado los parámetros fundamentales de valoración en el ámbito del private equity. Lo que durante años fueron supuestos relativamente estables (coste del capital, múltiplos, acceso a financiación) se ha tornado incierto y variable.

En este entorno, el ejercicio de valorar una empresa ya no consiste en aplicar modelos mecánicos, sino en interpretar un contexto cambiante con rigor técnico y criterio inversor. Para actores privados —family officeshigh-net-worth individuals, equipos de inversión independientes— este reto es especialmente significativo: se trata no solo de estimar correctamente cuánto vale un activo hoy, sino de anticipar cómo se comportará su valor ante múltiples escenarios posibles.

Por eso, queremos hacer una revisión en profundidad sobre cómo abordar esta tarea en entornos de alta volatilidad. Analizaremos los elementos que han cambiado en la valoración empresariallas técnicas más robustas para adaptarse al nuevo contextolecciones extraídas del mercado español en los últimos añoslos errores que deben evitarse y, finalmente, recomendaciones clave para inversores que buscan actuar con inteligencia en un mundo incierto.

¿Qué cambia al valorar empresas en mercados inciertos?

La primera consecuencia de un entorno volátil es la pérdida de fiabilidad de los modelos deterministas. En condiciones normales, una valoración puede apoyarse en proyecciones de crecimiento razonables, márgenes estables, tasas de descuento constantes y múltiplos extraídos de mercados comparables. Sin embargo, en momentos como los vividos en los últimos años, esas variables se desestabilizan y el valor de la empresa deja de ser una cifra única para convertirse en un rango condicionado por factores exógenos.

Las técnicas tradicionales —descuento de flujos (DCF), múltiplos comparables, sum-of-the-parts (SOTP)— no pierden validez, pero sí requieren ajustes profundos. El WACC debe actualizarse para reflejar primas de riesgo más elevadas, betas menos representativas y un tipo libre de riesgo en alza. Los flujos proyectados deben incorporar hipótesis más prudentes, especialmente sobre inflación operativa, elasticidad de la demanda y acceso a financiación. Y los múltiplos de referencia deben filtrarse con más criterio, evitando extrapolaciones automáticas.

Además, la volatilidad macro impone una mayor dispersión de posibles futuros. Ya no basta con un caso base. La evaluación del valor debe contemplar escenarios divergentes, asignarles probabilidad y analizar la resiliencia del activo en cada uno. Esto es especialmente relevante en private equity, donde los horizontes temporales son largos y la salida (vía venta, OPA o IPO) puede producirse en condiciones de mercado muy distintas a las actuales.

Técnicas específicas para ajustar valoraciones ante la volatilidad

Análisis de escenarios probabilísticos

Modelizar escenarios múltiples con distintas probabilidades es, hoy, una práctica esencial. En lugar de un único forecast, se deben construir al menos tres casos: base, optimista y pesimista. Cada uno debe incorporar hipótesis coherentes sobre crecimiento, márgenes, inversión y entorno macro. A continuación, se calcula un valor ponderado en función de la probabilidad asignada a cada caso.

Durante la pandemia, muchos fondos modelizaron escenarios de recuperación en “V”, en “U” o con doble caída (“W”), lo que les permitió estimar un rango realista de valor y preparar respuestas estratégicas según cómo evolucionara el entorno.

Análisis de sensibilidad dinámica

El análisis de sensibilidad tradicional —variar ingresos o márgenes un 5%— resulta insuficiente. En contextos inciertos, las bandas deben ampliarse significativamente (±20% o más) y aplicarse a variables adicionales como WACC, capex o múltiplos de salida.

Además, se deben diseñar escenarios de stress test: ¿qué ocurre si las ventas caen dos ejercicios consecutivos un 15%? ¿O si el coste de la deuda se duplica en el segundo año? Este enfoque permite identificar los factores más críticos y medir la robustez de la inversión bajo presión.

Simulaciones Monte Carlo

La simulación Monte Carlo representa el nivel más sofisticado de análisis cuantitativo de riesgo. Consiste en asignar distribuciones de probabilidad a múltiples variables clave y simular miles de combinaciones aleatorias para obtener una distribución del valor final. Esto no solo genera un rango estimado, sino que permite entender la probabilidad de que el valor final esté por debajo de ciertos umbrales (percentiles P10, P50, P90, etc.).

Cada vez más fondos en España y Europa aplican esta técnica en operaciones críticas, sobre todo cuando hay correlaciones entre variables (por ejemplo, ventas y márgenes) o cuando el riesgo de downside debe gestionarse con especial atención.

Ajuste de múltiplos y comparables

El uso de múltiplos debe ser más selectivo y contextualizado. En entornos volátiles, los múltiplos forward pueden ser poco representativos si están basados en expectativas de crecimiento poco realistas. En estos casos, es preferible usar múltiplos trailing ajustados o medias de varios años. También es clave aplicar primas o descuentos en función del perfil del activo: tamaño, liquidez, sector, regulación.

Un caso ilustrativo fue la OPA de EQT sobre Solarpack, en la que se aplicó un descuento del ~16% respecto al sector para reflejar el riesgo regulatorio en España. Este tipo de ajustes mejora la precisión del método de comparables.

Métodos complementarios

En entornos inciertos, se vuelve valioso incorporar opciones reales (por ejemplo, modelizar el valor de aplazar o abandonar un proyecto), cláusulas contingentes (earn-outs) y primas de riesgo específicas en el WACC. No obstante, estas técnicas deben aplicarse con criterio: si el riesgo ya se ha modelizado mediante escenarios o Monte Carlo, no conviene “doble contabilizarlo” inflando el descuento.

Ejemplos reales en private equity

La experiencia del mercado español en los últimos años ofrece lecciones prácticas que complementan el marco técnico.

  • OPAs en empresas infravaloradas (2020–2021): tras la caída inicial por la COVID-19, se lanzaron varias operaciones de adquisición sobre cotizadas a múltiplos atractivos. MásMóvil y Solarpack son ejemplos de compañías sólidas que fueron adquiridas por fondos internacionales aprovechando su depreciación temporal.
  • Sectores resilientes con múltiplos récord: tecnología, salud, software y renovables vieron una revalorización significativa. La venta de Idealista en 2020 por ~1.300 M€ a un múltiplo elevado refleja esta dinámica. Fondos que tenían participadas en estos sectores lograron salidas exitosas incluso en plena incertidumbre.
  • Correcciones y renegociaciones (2022): el endurecimiento de la financiación y la inflación provocaron cancelaciones de procesos, ajustes de precio y mayor uso de earn-outs. Las operaciones se ralentizaron, pero los fondos más preparados aplicaron estrategias defensivas y preservaron valor.
  • Revalorización dinámica de carteras: muchos GPs ajustaron valoraciones en 2020 aplicando descuentos temporales. En 2021–2022, a medida que se consolidaban los resultados, se revirtió parte de ese ajuste. Esta gestión activa de las valoraciones permitió mantener la confianza de los LPs y tomar decisiones informadas.

Errores frecuentes que debes evitar al valorar activos hoy

En entornos volátiles, ciertos errores metodológicos pueden comprometer toda una inversión:

  • Proyecciones inerciales sin revisar el contexto: aplicar crecimientos pre-COVID a un mundo post-COVID es una fórmula segura para sobrevalorar activos.
  • Ignorar disrupciones estructurales: no modelar cambios regulatorios, tecnológicos o de consumo puede dejar obsoleta una valoración en meses.
  • Uso acrítico de datos históricos: trabajar con promedios antiguos o comparables no ajustados distorsiona la realidad actual. La calidad y actualidad del dato son esenciales.
  • Dependencia excesiva de un solo método: apoyarse exclusivamente en DCF o múltiplos reduce la capacidad de contraste. La triangulación de métodos es hoy más necesaria que nunca.
  • Falta de due diligence reforzada: en entornos volátiles, hay que profundizar más, no menos, en entender el modelo de negocio, su resiliencia y sus drivers reales de valor.

Conclusiones: recomendaciones clave para inversores

Desde Gala Capital, proponemos las siguientes claves para abordar con éxito la valoración en mercados inciertos:

  1. Pensar en rangos de valor, no en cifras absolutas. Toda valoración debe venir acompañada de un rango y sus hipótesis subyacentes. La comunicación clara de este rango refuerza la confianza en el análisis.
  2. Priorizar activos de calidad y fundamentos sólidos. Flujos predecibles, posición competitiva clara y bajo apalancamiento ofrecen mayor resiliencia ante la volatilidad.
  3. Integrar herramientas de riesgo como práctica estándar. Escenarios, sensibilidades y Monte Carlo no son opcionales, sino partes del proceso de valoración profesional.
  4. Aprender de errores pasados. Revisar supuestos, aplicar checklists de errores típicos y contrastar con expertos externos fortalece la solidez del análisis.
  5. Combinar disciplina y oportunidad. La paciencia estratégica permite actuar cuando el mercado ofrece ventanas reales, sin forzar inversiones en condiciones poco favorables.
  6. Construir carteras resistentes. Diversificación por sector, fase y geografía protege frente a choques asimétricos y mejora la estabilidad global del retorno.

Reflexión final

La valoración de empresas en private equity es una disciplina viva, especialmente en entornos de incertidumbre estructural como el actual. No se trata solo de cuantificar, sino de entender profundamente qué hay detrás de cada número: riesgos, oportunidades y escenarios. Desde Gala Capital, creemos que la mejor forma de navegar la volatilidad no es retirarse, sino profesionalizar aún más el análisis, combinar herramientas avanzadas con visión estratégica y mantener siempre el foco en el valor a largo plazo.