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Blackstone se sube a la ola de la inversión de impacto social

La inversión de impacto —participación en proyectos y empresas cuyo fin principal es ofrecer soluciones a problemáticas sociales o ambientales— ha captado la atención del gigante del private equity Blackstone, que ha lanzado una plataforma específica para analizar y canalizar este tipo de operaciones. Esta iniciativa confirma el prometedor futuro que se espera para esta modalidad de inversión. 

Hasta ahora, la inversión de impacto había sido dominio exclusivo de fondos relativamente pequeños y especializados en sostenibilidad y desarrollo social. Sin embargo, con la entrada de grandes actores como Blackstone, se anticipa que las principales gestoras de capital riesgo incorporarán con fuerza esta área a sus carteras, impulsadas tanto por la necesidad de asignar grandes volúmenes de capital como por la creciente demanda de criterios ESG (medioambientales, sociales y de buen gobierno). 

El pasado 6 de abril, Blackstone anunció la creación de esta plataforma centrada exclusivamente en la inversión de impacto, con el objetivo de «satisfacer la creciente demanda» que ha detectado en el mercado, según Jon Gray, presidente y director de operaciones de la firma. 

La nueva división de Blackstone enfocará sus esfuerzos en cuatro áreas clave: salud y bienestar, acceso a servicios financieros, comunidades sostenibles y tecnologías verdes. Para liderar este proyecto, la firma ha incorporado a Tanya Barnes, procedente de Goldman Sachs, quien afirmó que buscan aprovechar la experiencia y la escala de Blackstone para aumentar el papel del capital riesgo en la búsqueda de soluciones a los desafíos sociales y ambientales más urgentes del planeta. 

Un fenómeno en crecimiento 

Blackstone no es la única gran gestora que ha apostado por la inversión de impacto. La estadounidense TPG Capital está en proceso de levantar un segundo fondo de impacto con un objetivo de captación cercano a los 3.000 millones de dólares. Por su parte, la suiza Partners Group recaudó 1.000 millones de dólares el año pasado para inversiones sostenibles. 

La irrupción de Blackstone llega también en un contexto de movimientos en Europa, donde Jan Stahlberg, cofundador del fondo escandinavo EQT, ha anunciado su salida para crear un fondo propio dedicado a la inversión de impacto, con un objetivo de captación entre 300 y 500 millones de euros. 

Situación en España 

En España, la incorporación a esta tendencia por parte de fondos generalistas ha sido más limitada, pero destaca la labor de Gala Capital. Presidida por Carlos Tejera, Gala Capital cerró en 2018 su fondo Gala Capital Premier III, con 200 millones de euros, orientado a apoyar empresas medianas españolas que persiguen un impacto social positivo a través de la creación de empleo, políticas de integración, innovación y respeto medioambiental. 

Además, la creciente relevancia del sector queda reflejada en la intención del fondo de fondos de capital riesgo público Fond-ICO Global de crear en futuras convocatorias una línea específica para inversión de impacto social, un proyecto que ha ido tomando forma en los últimos meses y que cuenta con el apoyo de la industria para consolidarse pronto.